sábado, 28 de octubre de 2023

 

 

             Una de mis cantantes favoritas es Linda Ronstadt. 



Ella nació en Tucson el 15 de Julio de 1946. Los Ronstadt, con antecedentes en Sonora, México, son una familia bien conocida en el sur de Arizona por sus éxitos en los negocios, la música y el apoyo a las actividades culturales. 

Peter, un hermano de Linda, fue el jefe de la Policía en Tucson por 10 años.

El padre de Linda tacaba la guitara y le enseñaba canciones mexicanas. Su madre tocaba el ukulele.

Linda comenzó su carrera profesional en 1967 con el grupo Stone Poneys, pero solo tuvieron un “hit”, “Different Drum”. A finales de los 60 ella se separo del grupo.

Después de varios fracasos, ella por fin tuvo éxito con el álbum “Heart LIke a Wheel” en 1974 que contenía estas conocidas canciones: “You’re No Good” y “When Will I Be Loved”. Ese álbum le hizo gano el primero de sus 12 premios Grammy.

En los años siguientes ella tuvo más triunfos como “Love is a Rose”, Blue Bayou”, “Poor Poor Pitiful Me” Y muchos más.

En 1980 a ella le fue conferido a un Tony por su papel en “Pirates of Penzance”.

En 1987 Linda introdujo un álbum en español, “Canciones de mi Padre” que contenía canciones tradicionales mexicanas que su padre le había cantado. Mas tarde grabo dos discos más en español, “Más Canciones” en 1991 y en 1992 mi favorito, Frenesi”.

En 2013 ella revelo la razón por la que no había grabado en mucho tiempo, Linda había contraído la enfermedad de Parkinson. Poco después, publicó su autobiografía “Simple Dreams”, libro que se convirtió en best-seller del New York Times.

En 2014 fue elegida miembro del Rock & Roll Hall of Fame.

Linda nunca se casó, pero adoptó dos hijos, Carlos y Mary Clementine Ronstadt. Sin embargo, ella tuvo amantes famosos como Jerry Brown, gobernador de California, el director de Star Wars George Lucas y el actor Jim Carrey.

Hoy, Linda Ronstadt pasa su tiempo entre California, Arizona y México y escribe sobre la cultura, la comida y la música que se encuentran en la frontera.


            ¿Para qué quiero tus besos si tus labios no me quieren ya besar? 

 

 

 

 

 


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