domingo, 29 de octubre de 2023

 

Mackenzie y El Abuelito Charley Visitan Ecuador



El 8 de junio, 2023 fui con mi nieta Mackenzie, para un viaje a Ecuador con una empresa de turismo que se llama Exoticca.

Yo había prometido a mis tres nietas que, si estudiaran español en la escuela secundaria, yo las llevaría a cualquier país en el mundo donde hablaran ese idioma.

Llegamos en la noche a Quito la capital, situado en los Andes a 2744 metros. Al día siguiente encontramos a los de más de nuestro grupo. Éramos 18, todos de E.U. Hicimos un paseo por el viejo centro de la ciudad con su arquitectura estilo colonial. Lo que más me impresiono era la poca basura en las calles. Mucho mejor que yo había visto en mi país desde hacia muchos años

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Esa tarde fuimos en autobús por un viaje largo de 3 ½ horas para llegar a nuestro destino en la Amazonia. Poca gente se da cuenta que casi la mitad de Ecuador queda en esta selva. Nos establecimos en un complejo que se llama Huasquila. Mientas allá hicimos unas caminatas por la selva de noche y de día, nos bañamos en un riachuelo, jugamos en una catarata y visitamos el pueblo de indígenas locales donde todos aprendieron como usar una cerbatana. Después regresamos por la misma ruta a Quito y al día siguiente tomamos un vuelo a Las Islas Galápagos, las cuales están a una distancia de 1000 K de la costa.


Pasamos tres noches encantadoras allá. Nos quedamos en un hotel frente al mar en la ciudad de San Cristóbal donde pudimos oír el ladrido de los leones marinos todos los días y por gran parte de la noche. Fuimos a snorkling varias veces, tomamos una clase de cocina, en la cual aprendimos a preparar ceviche y, por su puesto, comimos muchos mariscos. Hicimos un viaje alrededor de la isla de San Cristóbal en un barco. 



Y, lo más importante, visitamos una reserva de las famosas tortugas gigantes de esas islas.

De las islas tomamos un avión a la ciudad costera de Guayaquil. Esta es la ciudad más grande de Ecuador y está ubicada al lado del famoso estuario del Rio Guayas. Nuestro hotel daba al río donde pudimos explorar su larga combinación de malecón y jardín tropical.   

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   En Guayaquil tuvimos la gran fortuna de poder explorar ese estuario con el biólogo marino, Fernando. Pasamos medio día en una lancha en la confluencia del rio y del mar donde el profesor nos enseño de las mareas, de las aves y, su especialidad, los delfines nariz botella.

De Guayaquil, volvimos a nuestros hogares. Un viaje difícil de regreso de 31 horas no pudo restar las maravillas de nuestras vivencias en este viaje.

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