Arizona: Parque Histórico Nacional Tumacácori.
San José de Tumacácori
El Parque Nacional Histórico Tumacácori en el sur de Arizona protege las ruinas de tres misiones fundadas en la era colonial española. Dos misiones, Los Santos Angeles de Guevavi y San José de Tumacácori, eran unos de los veinticuatro fundados por el Jesuita Padre Eusebio Francisco Kino en la región nombrada por los españoles “Pimeria Alta”, la tierra de la tribu Pimas del norte. La tercera, San Cayetano de Calabazas, fue fundada por el Jesuita Padre Francisco Pauer. Del establecimiento de estas misiones en 1691 y 1756 hasta la salida final de los habitantes de Tumacácori en 1848, Kino y los Jesuitas y Franciscanos, que siguieron, bautizaron miles de personas indígenas y colonos. El Parque Histórico Tumacácori retiene la historia y relata los cuentos de los misioneros y su influencia sobre las comunidades indígenas de la Pimeria Alta y la cultura continua del suroeste de América.
Los indígenas que vivían en la vecindad de Tumacácori se llamaban a sí mismas “O’odham” que tiene el significado de “gente” en su lenguaje. Los españoles llamaban a los O’odham que encontraron viviendo a lo largo de los ríos “Pima”, y los que ellos encontraron viviendo en el desierto, “Papago”. Su patria incluía el área que es hoy el sur de Arizona y el norte del estado mexicano, Sonora. Gente de paz, excepto cuando necesitaban defenderse, los O’odham eran agricultores, sembrando maíz, frijoles y calabazas con sistemas de irrigación. El pueblo llamado “Papago” por los españoles es hoy conocido como “Tohono O’odham” o gente del desierto. Su famosa cestería, que alguna vez fue necesaria para recolectar y almacenar alimentos se elabora hoy utilizando las mismas técnicas de recolección y tejido de materiales que utilizaban sus antepasados.
Fundado por Kino en enero de 1691, la misión San Cayetano de Tumacácori
fue la primera misión localizada en que hoy es Arizona. Originalmente ubicado
en el lado oriente del rio Santa Cruz, la misión se mudó – después de una
rebelión cercana en 1751 – a su puesto actual al oeste del rio, donde fue
rebautizada como San José de Tumacácori. De 1757 la comunidad había construida una
iglesia pequeña de adobe. Empezando alrededor de 1800 – de este tiempo bajo la
administración de los misioneros Franciscanos – la comunidad empezó la
construcción de una iglesia más grande. Aunque en uso desde 1820 la estructura
nunca fue completamente terminada. La última residente salió de Tumacácori en
1848.
Las ruinas de la iglesia más grande siguen siendo un hito en el valle de
Santa Cruz. También visible son lo que queda de la residencia de los sacerdotes
y la comunidad conocida como el convento, el granero donde se abastecían los
alimentos, el horno de cal y yeso y partes de la huerta y acequia. Detrás de la
iglesia están las ruinas de un cementerio y una capilla mortuoria. Una
reproducción de un ki, o casa tradicional O’odham esta también en el sitio.
Las iglesias misionarias, Calabazas y Guevavi, están más degradadas y no
están abiertas al público.
Fundida el día después de Tumacácori, Guevavi fue designada la misión
cabecera en el área. El nombre se deriva de la palabra O’odham, gu waihe, para
“pozo grande”. Como Tumacácori, Guevavi es una estructura de adobe. Los recién llegados
misioneros franciscanos trasladaron su cabecera a Tumacácori en 1768, y en
pocos años Guevavi fue abandonada. Las ruinas de 3 por 17 metros de la iglesia
son solo lo que queda de Guevavi hoy.
El Padre Pauer fundó la misión Santa Cayetano de Calabazas, unas pocas
millas norte de Guevavi, en 1756. De 1786, principalmente debido al peligro de
ataques continuos de los Apache, la misión fue abandonada y sus residentes se
mudaron a Tumacácori. Santa Cayetano se convirtió en una ganadería.
El Parque Nacional de Tumacácori alberga La Fiesta de Tumacácori cada año
en el primer fin de semana de diciembre. Este evento celebra las muchas
culturas que han históricamente sido asociadas con el valle de Santa Cruz con
comidas tradicionales, artesanos, música y baile. Una misa está dada adentro de
la misión en octubre conjunto con la celebración anual del Dia de Anza. El
Parque Nacional Sendero de Juan Bautista de Anza pasa por la misión, brindando
oportunidades para excursionistas, observadores de pájaros y jinetes para
experimentar el parque.
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