jueves, 24 de octubre de 2024

 

Mi Vida Hasta Ahora           

12 de octubre 2023                                                                                                                                                


Boulder, Colorado

Green Valley, Arizona 

Nací en Hollywood, California el 26 de diciembre 1945 y crecí en el lado este de la ciudad de Los Ángeles.

Sin embargo, tengo raíces muy hondas aquí en el estado de Colorado. Mi padre nació en Denver en el año 1913 mientras que su padre, mi abuelo, trabajaba para el Denver Post. El Post es todavía el mejor periódico en Colorado y lo leo cada día.

Mi familia-

Cindy Schlager es mi pareja.  Ella era directora de traslados para una compañía inmobiliaria, Wright Kingdom, en Boulder, pero ahora ella esta jubilada. El único problema que tenemos nosotros es que a ella le encanta bailar y yo no puedo.  No bailo ni tengo el ritmo para hacerlo. Ella en cambio es bailarina. Por gran parte de su vida ella ha actuado en escenarios de teatro musical.

Mi hijo, Timothy, es bombero y vive en Lafayette, Colorado. Él es el héroe de la familia y tiene el rango de capitán con el Mountain View Fire Department. Timothy está casado con Janette Hrubes. Ella tiene tres clínicas de fisioterapia en Boulder, Brighton y Broomfield, Colorado que se llaman “Peak Form”. Ellos tienen una hija, mi nieta pelirroja, Mackenzie.

Mi hija Kerry vive al norte de Boston Massachusetts y es gerente de proyectos para una compañía farmacéutica. Su marido es Aaron quien es dueño de una tienda de conveniencia. Ellos tienen mis otras dos nietas, Annabelle y Kiki quienes ahora asisten a universidades.

Mis hijos tienen matrimonios excelentes, familias felices, buena salud y empleos que les gustan. ¿Qué más puede pedir un padre?

Más de mi….

Después de graduarme de Junior College, o sea una universidad de dos años, me uní al Cuerpo de Paz en un programa de Recreación Dirigida. Me asignaron a una ciudad que se llama Puerto Ordaz en la mitad de los llanos de Venezuela. Puerto Ordaz está situada en la confluencia de los ríos Orinoco y Caroní. El Caroní es bien conocido por tener la catarata más alta del mundo, Salto Ángel.

Allí trabajaba en una escuela primaria católica que se llamaba Fe y Alegría. La escuela tenía unos campos deportivos grandes que yo solía abrir después de clases y los fines de semanas con el fin de que los jóvenes del barrio pudieran divertirse jugando deportes y otras cosas recreativas. Yo organizaba eventos y torneos y también era entrenador de equipos de béisbol, baloncesto y fútbol. Durante el día escolar enseñaba clases de educación física e inglés.

Después de dos años, finalizó mi contrato y regresé a EE. UU. Entonces empecé clases en California State College Los Angeles. Mientras estudiaba allí, participe en el equipo universitario de Rugby.

En mi carrera profesional hice muchas mudanzas a ciudades diferentes. En cada lugar buscaba un club local de Rugby y después de participar en una sola práctica con ellos, tenía 30 amigos nuevos.

Desde entonces, he viajado por muchas partes del mundo jugando y mirando Rugby.

He sido miembro del Club de Rugby de Boulder por más de 30 años y la mayoría de mis amigos vienen de este deporte.

Después de graduarme con diploma en estudios latinoamericanos, fui muy afortunado de conseguir empleo como vendedor con Scott Paper Company. Estuve con ellos por 10 años y más tarde cambié empleador por una empresa parecida, Fort Howard Corporation. Trabajé con ellos unos 16 años adicionales.

Yo trabajaba en el sector “fuera de casa”. El 60% de los productos de papel personal; toallas, servilletas y papel sanitario es vendido por bodegas y supermercados. El otro 40% se vende por distribuidores a hoteles, escuelas, fábricas, etc. Esta es la parte del negocio en la que yo laboraba.

Empecé en Los Ángeles y mientras que yo subía la escalera profesional de las compañías, hice escalas en Portland, Omaha, Boston, Seattle, Los Ángeles, Seattle y finalmente, Boulder en 1991.

En 1999 traté de jubilarme, pero cometí dos errores. Primero, no tenía suficiente dinero y segundo, yo pensaba que no quería trabajar más. Se entiende no tener bastante dinero, pero la verdad es que no quería dejar de trabajar, sino solo no deseaba continuar con el mismo tipo de trabajo.

Entonces, después de dos años y medio de solo viajar y jugar golf (siempre pensaba que mejoraría, pero nunca lo pude lograr) empecé a trabajar de nuevo. Abrí un negocio de ventas de seguros de salud para individuos, familias y trabajadores independientes. O sea, gente que no recibía ese tipo de seguro de su empleo, que es lo normal.

Con los seguros conducía negocios desde la cocina de mi casa/oficina y en los 11 años que tuve la compañía, me reuní con más de dos mil clientes. Yo solía decirles que yo tenía que tratarlos bien, porque ellos ya sabían dónde yo vivía.

En octubre de 2013, recibí una oferta, no solicitada, de otro corredor para comprar el negocio. Con todos los cambios en la venta de seguros que estarían por realizarse en el cambio del año, decidí aceptar la propuesta.

Desde entonces me he unido el Rotary Club de Boulder Valley y con ellos he participado en muchos programas para mejorar nuestra comunidad y a otros menos afortunados. El más importante en lo que yo participé fue conseguir una subvención de $35,000 para construir una presa y sistema de gravedad para proveer agua potable a la aldea de El Trapiche en Jalapa, Nicaragua. He viajado tres veces allí para realizar esta, y otras obras.

En mayo de 2021 Cindy y yo compramos una casa en Green Valley, Arizona, una comunidad de jubilados donde pasamos los inviernos. Todos tenemos una edad más de 55 y estamos increíblemente activos allá, fue una decisión buena para nosotros.

Mis intereses ya son leer, ejercitarme, viajar (muchas veces a ver eventos de Rugby), aprender a jugar bien el juego de naipes, Bridge y continuar con el desafío de mi vida; poder dominar el español.

lunes, 10 de junio de 2024

El Rugby y Yo

 

    Charley Mallon, circa 1985

El rugby ha sido una parte muy importante en mi vida. La mayoría de mis amigos y muchas de mis aventuras de vida han venido de mi participación en este deporte. La verdad es que nunca fue particularmente bueno en eso, pero como el rugby muy a menudo aseguraba que “los que fueron a entrenamiento tendrían un juego”, yo probablemente he jugado entre 450-500 partidos en mi vida. No es tan malo para alguien viviendo en EE UU donde el rugby es un “deporte menor”.

Como yo fui transferido muchas veces en mi carrera de negocios, tuve la oportunidad de jugar para equipos en Los Angeles, Portland, OR, Omaha, Boston, Seattle y Boulder, CO. Yo muy a menudo jugaba fullback o wing, con unas apariciones ocasionales como flyhalf. Usualmente encontré un modo para empezar para el lado “A” para la mayoría de estos clubes. Sin embargo, tenia que trabajar duro para empezar con los mejores equipos como Mystic River en Boston.

Una cosa maravillosa ocurrió cuando yo tenía alrededor de 35 años y vivía en Seattle; la aparición de “Old Boy”, o sea rugby para los mayor de 35 años. Creo que los Evergreens (siempre verdes) de Vancouver, British Colombia fueron un motor principal en este desarrollo. Los Old Guard de Seattle (SOGGIES) muy pronto estaban jugando 8-10 partidos de ida y vuelta contra equipos norte de la frontera. Las mismas reglas del deporte estándar, pero con el entendimiento de todos (bueno, casi todos) de que el juego seria conducido con un freno acorde a nuestras edades. Hombres, y ya mujeres, participan en esta forma de Rugby hasta los 70 y más. Como dijo un sabio amigo mío una vez, “Old Boy Rugby es 98% de la diversión y nada de la bull&%$#”. Old Boy Rugby extendió enormemente mi carrera como jugador hasta que por fin la deje cuando cumplí los 60 años.

 

Hay algo especial con el rugby y los que participan en el. Es una forma de combate en el campo que forma un vínculo entre quienes lo juegan. Yo podría ir a cualquier sede de un club de Rugby en todo el mundo (y algunos son muy lujosos) y sentirme cómodo como una parte de la fraternidad de Rugby.

Yo empecé a practicar el rugby cuando asistía a California State College Los Angeles después de regresar del Cuerpo de Paz en 1968. Estaba buscando una clase en educación física como manera de ponerme en mejor forma. Me di cuenta de que ofrecían una clase de Rugby y me acordé de que alguien me había recomendado que yo probara el deporte. Entonces, me inscribí en la clase.

La primera practica y fue amor a primera vista. Me atraían los uniformes, el movimiento constante, contacto sin protecciones, la importancia de patear el balón (yo creía que era bueno en eso) y la historia y las tradiciones del deporte que incluía camaradería, fiesta y canto con el otro equipo después del partido. Me enganché y me presenté al equipo universitario la semana siguiente.

Los Diablos de CSCLA tenían un equipo excelente de Rugby. Fuimos entrenados, más o menos, por un amable ex jugador de football americano profesional, John Hermann. El equipo de football americano de la universidad ha habido sido exitoso el año previo y, como muchos de los jugadores habían perdido su elegibilidad en aquel deporte, se pasaron a Rugby. De todos los años que participaba en el deporte, este primer equipo tuvo los mejores atletas. Si hubiéramos tenido entrenadores con mejor conocimiento, habríamos sido incluso mejores.

1971 el Campeonato de Rugby del Sur de California 

En ese entonces, en los dos años que jugué para el equipo, la mayoría de las veces como fullback, ganamos el campeonato del Sur de California de equipos universitarios y clubes de hombres en 1971. Un poco antes habíamos derrotado a un equipo compuesto de los mejores jugadores de los varios campuses de las Universidades de California que iban a ir a Australia donde ellos tuvieron éxito. Uno de mis mejores amigos de nuestro equipo en aquel tiempo, Joe Hendrix, murió recientemente después de vivir una cantidad de anos con corazón trasplantado.

Después de graduarme jugué un año para el Pasadena RFC (Club de Rugby Fútbol) y empecé mi trabajo para Scott Paper Company en ventas. En esos días el modo de avanzar en una empresa era no solo trabajar duro, sino también estar disponible para aceptar transferencias a locales diferentes para subir a posiciones más altas. Entonces, así empezó mi odisea a mudarme de ciudad en ciudad que mencioné anteriormente.

Omaha Rugby Club 1976

Una de las ventajas de jugar el rugby en aquel tiempo para mí era que cuando me mudaba a una ciudad nueva, yo solía llegar al entrenamiento del equipo local y de inmediato tendría 30 amigos nuevos. No solo amigos, sino con gente que había pasado su vida en el área quien nos podrían presentar a mi familia y a mí las experiencias locales que nunca hubiéramos tenido de otro modo.

1969-1972 CSCLA

1973 Pasadena RFC

1973-1974 Portland, Oregon RFC

1975-1977 Omaha RFC

1978-1979 Mystic River (Boston) RFC

1980-1991 Seattle RFC

1991-Presente Boulder RFC

Otro aspecto atractivo del rugby es la tradición de viajar a jugar partidos a países extranjeros. Es una experiencia maravillosa para visitar tierras extrañas con amigos buenos y compañeros de equipo.

Algunas de las giras en las que he participado incluyen:

British Colombia (muchas veces) y Edmonton, Canadá y Acapulco, México con el Seattle RFC.

Irlanda, Escocia, Gales, Inglaterra, Los Países Bajos, Luxemburgo, Bélgica, Italia, La Republica Checa, Hungría y Chile con los Boulder Old Boys.

También vi algunos partidos en Irlanda, Gales y Inglaterra para las Copas Mundiales de 1999 y 2015. Esta es una competencia quad-anual entre los mejores 20 equipos del mundo.

 

                                                               
Venecia, Italia

Mi amigo David Cunningham y yo hemos ido a torneos internacionales de Rugby 7’s (una forma del deporte abreviada, de paso rápido, con 7 jugadores por cada lado) casi todos los años a una variedad de sitos por todo el mundo: San Diego y Las Vegas en EE UU, Vancouver, Canadá, Wellington, Nueva Zelandia, Dubái, Cape Town y Hong Kong.

¿Heridas? Sí, pero no tantos como Uds. pensarían. Las mías se habían limitadas mayormente a cortes que necesitaban unos puntos y una rodilla torcida que me molestó por una temporada. El mejor problema que había tenido sobre los años ha sido tendones de la corva tirados, que limitaba mi habilidad de jugar, especialmente hacia el fin. Pero esos fueron pequeños inconvenientes en comparación a los placeres que el juego me provenía.

Los gales dicen que “el rugby es el partido que juegan en el cielo”.

Y, yo digo que “Nunca estarás más vivo que cuando estes en un campo de rugby”.

martes, 14 de mayo de 2024

 

Como Aprendí, Mas o Menos, el Español

Reprobé español en la escuela secundaria, dos veces.

Entonces, Ud. entendería porque yo estaba preocupado cuando fui a la Universidad de Arizona en Tucson, Arizona en la primavera de 1966 para entrenar con un grupo que iba a ir a Venezuela con el Cuerpo de Paz.

Por supuesto, el programa tenía una prioridad alta en poder hablar español.

Por 8 o 9 semanas pasamos 4 horas por día en un entrenamiento intensivo de lengua, divididos en grupos basados en nuestro conocimiento previo y habilidad. Después, nosotros pasamos un mes en pueblitos separados en los estados de Michoacán y Jalisco en México. La idea fue que nosotros pudiéramos practicar el español que habíamos aprendido y averiguar si estábamos adaptados para vivir en un ambiente extranjero.

Dado la inseguridad que yo tenía sobre mi habilidad de aprender el español, trabajaba duro en clase y estudio individual, y terminó en el promedio de nuestro grupo.

Entonces, pasé dos años en Puerto Ordaz, Venezuela entrenando deportes, enseñando inglés y tratando de mejorar mis habilidades verbales. Mejoraba, pero nunca dediqué mucho tiempo a estudiar y nunca estaba contento con mi capacidad de comunicarme en “castellano”.

A lo largo de los años, he trabajado a trompicones para mejor el español.

Hoy, yo probablemente hablo mejor que nunca. Las mejores razones de esto son que salía con una mujer por algunos años que vino de Sur América y hablábamos principalmente en español. Además, en los últimos años he estudiado en línea primero con WebSpanish y después Preply. De todas las cosas que he aprovechado para estudiar el español, creo que el estudio en línea es el mejor.

Estos días vivo en Green Valley, Arizona en los inviernos para evitar el frio del norte y allí participo en una clase semanalmente que se llama “Casa de Estudiantes” dada por una maestra simpática.

Entonces, como resultado, si me escucharas hablar en español hoy, Ud. quizás pensaría que “él lo habla con fluidez”. Sin embargo, hay una gran diferencia entre “fluidez” y correcto.  

miércoles, 8 de mayo de 2024

 Es un chiste viejo: 



¿Qué es la diferencia entre correr y trotar?

Correr es mi velocidad o más rápido, mientras que trotar es más despacio.


Yo había estado corriendo/trotando regularmente por casi 50 años, hasta que recientemente tuve que tener una reemplaza de rodilla y no pude continuar.

No creo que la necesidad de esa operación tenía nada que ver con trotar.

Y, hecho muchísimo de menos no poder continuar con esta forma de ejercicio.

Al pensarlo, la razón porque me lo gustaba tanto estaba dividida 50/50 entre mantenerme en buena forma física y la sensación de estar bañado por dentro después de correr media hora en mi vecindad. Siempre he equivalido correr con tomar una ducha interna.

Yo trataba de salir cuatro veces por semana, si salía más de eso empezaba a sentirme cansado y perder interés. También a veces trataba de aumentar el correr con ejercicios de resistencia con pesas en la YMCA local, pero nunca podía mantener eso por mucho más de un par de meses. Correr/trotar es mucho más fácil, solo hay que cambiar de zapatos y de ropa y ya está, fuera de la puerta.

Yo solía correr fuera de casa todo el año, pero evitaba hacerlo cuándo había nieve y hielo, porque me había caído algunas veces. En esas circunstancias, aprovechaba de la pista de atletismo cubierta de la YMCA (16 vueltas por milla), pero eso lo me sentía más como trabajo que como ejercicio divertido.

Cuando viajaba mucho por negocios, llevaba conmigo el equipo para correr y trataba de correr en las tardes después de las reuniones.

Yo prefería correr en los muchos senderos suaves que tenemos en Boulder, Colorado. Sin embargo, evitaba los senderos empinados, pedregosos y lleno de raíces a lo largo de las laderas, creía que no era cuestión de si iba a caerme, sino cuando.

Yo contemplaba una variedad de cosas cuando corría y una vez calculé que había corrido una distancia suficiente para circunnavegar el mundo, 25.000 millas.

Hoy, no puedo correr ni trotar, pero todavía logro las millas caminado. Si, extraño no poder correr, pero me siento bien compensado que por lo menos ahora puedo compartir el tiempo y experiencia con mi pareja quien muy a menudo camina conmigo.


sábado, 4 de mayo de 2024

 

Una Aventura en Hawaii 

 


En el verano de 1969 yo fui a la isla de Oahu en Hawaii para conducir un taxi. Todavía tenía un año para graduarme de la universidad y esto me parecía una  manera romántica de pasar mi vacación y ganar un poco de dinero. Yo había leído el libro de Hawaii por James Michener y encontré la oportunidad de visitar las islas irresistible. 

Mi amigo Dannie Jaich se graduó el año anterior y había ido a la ciudad de Honolulu en busca de empleo como maestro. Por alguna razón él no tuvo éxito en eso y él acabó siendo taxista. Dannie me invitó a unirme a él y me prometió guiarme en el proceso en cualificación de ser también taxista. Entonces, con mi vuelo de ida pagado, y $50 en mi cartera, volé allá. 

Dannie vivía en una casa alquilada deteriorada en el centro de Honolulu en la calle Liliuokalani, no muy lejos de la famosa playa Waikiki. Oahu entonces era exactamente como Ud. tal vez imaginaría; colorido, caluroso, húmedo y cubierto de palmeras y plantas tropicales. Había un mixto exótico de grupos étnicos; hombres de negocios descendidos de trabajadores japoneses contratados, “Guerreros Primos” polinesios (apodados por la cerveza local), soldados americanos de permiso de la guerra en Vietnam, secretarias continentales de color blanco lirio que buscaban romance, “Portugees” de raza mixta, guapos instructores de surf “hawaiano” y algunos jóvenes universitarios buscando aventuras.

Dannie pronto me puso a estudiar un mapa de la ciudad de Honolulu, porque para obtener una licencia de taxista había que pasar un examen basado en su conocimiento de las calles, reglas y regulaciones pertinentes. Una parte del examen que recuerdo ahora es que le dieron verbalmente una situación hipotética en la que Ud. encontraría una persona enferma en un sitio especifico y tenía que decirle al oficial como la llevaría a un hospital por la ruta más expediente.


                                            Playa Waikiki y Diamond Head 

El examen no fue fácil, sobre todo si Ud. considerase que todas las calles tenían nombres hawaianos que yo no podía pronunciar ni distinguir una de la otra

Nuestros vehículos fueron alquilados de un tipo que nos cobraba $15 por día. Trabajamos desde el hotel Ilakai que estaba ubicado al último punto al noroeste del área turística de Honolulu. Teníamos que esperar en un aparcamiento externo hasta que se necesitó otro vehículo para llenar un espacio en los 3 o 4 taxis que esperaban directamente fuera del hotel. Un viaje bueno para nosotros, cuando podíamos ganar unos dólares, era un patrón que quería ir al aeropuerto, pero demasiado a menudo, después de esperar horas, conseguíamos un cliente que solo quería ir al Market Place en Waikiki, una tarifa de dos dolores. Como el verano era la temporada baja del turismo, muchos días teníamos que trabajar ocho horas para hacernos bastante fondos para pagar del uso del coche. Después tendríamos que conseguir el dinero para comprar gasolina y si, comida. En muchos modos, este fue uno de los trabajos más duros que he hecho.

Como mencioné anteriormente, muchas de las calles tenían nombres hawaianos y era difícil de distinguir entre ellas. Yo muy a menudo tenía problemas en encontrar las destinaciones pedidas por mis pasajeros. Un recuerdo que todavía me molesta es cuando recogí a un hombre de negocio del hotel Ilakai que obviamente tenía mucha prisa. Él me dijo que tenía una cita en pocos minutos en un hotel que yo solo conocía de nombre, no la ubicación exacta, pero yo tenía confianza de que lo podría encontrar. Después de dar vueltas por demasiado tiempo, con el pasajero en la silla trasera más agitado cada minuto, finalmente lo llevé a donde encontré estacionado otro taxi y le admití que no podía encontrar su hotel. La expresión en su cara todavía me persigue.

Una noche que recuerdo bien fue cuando el dueño de los vehículos nos llevó a Dannie y a mí, así como algunos otros de sus choferes, por tragos y un desayuno de madrugada en Waikiki (mis primeras Huevos Benedictos). Nos pusimos muy borrachos y el dueño acabó en corriendo su auto a 120 millas por hora (mientras escribo esto, 120 MPH me parece imposible, pero así es como lo recuerdo) por la vía principal del turismo con un auto lleno de pasajeros que rápidamente se estaban recuperando a la sobriedad.

Algunas veces yo tenía mucha hambre. Me acuerdo de una vez en un restaurante de bufete todo-lo-que-puede-comer cuando me llené mi bolsillo con huevos revueltos para consumir más tarde. Eso no tiene sentido ahora, porque seguramente había otras comidas más portables, pero eso es lo que hice. Y, también, me acuerdo de haberlos comido más tarde.

Dannie, quien era más atrevido que la mayoría, proponía un tour personalizado de la isla de Oahu a muchos de sus pasajeros. Por una tarifa fija, él los llevaba al Northshore y de regreso, mostrándoles todos los sitios turísticos y nombrando la flora y la fauna que encontraban.


                                        Surfistas-North Shore, Oahu, Hawaii

Por supuesto Dannie no sabía esos nombres verdaderos más que yo, pero él simplemente inventaba nombres como “Árbol de Monos” o “Aves de la Isla Azul”. Él me animó a ofrecer excursiones similares a mis pasajeros también, pero dudé en hacerlo, porque no solo no sabía los nombres de las flores, sino que tampoco conocía las localidades turísticas.

De todos modos, yo sí lo propuse a una pareja y cuando ellos no lo aceptaron en seguida, yo me sentí liberado. Ellos dijeron, sin embargo, que lo pensaría por un rato y me pidieron un número de teléfono donde me podrían encontrar (acuérdense que 1969 fue mucho antes de los teléfonos celulares). Para mi consternación, unos días después me llamaron para aceptar. No me acuerdo mucho del viaje, sino lo incomodo que yo estaba. Fingí toda la excursión y sé que llegamos al lado norte de Oahu y quizás vimos algunos sitios turísticos y tal vez nombré unos pájaros y árboles. Nada de ese viaje es claro ahora, pero sé que me dieron la tarifa y una propina y creo que parecían satisfechos. No me atreví a hacerlo otra vez. 

Otros recuerdos que perduran son:

-Esto fue el año en que Neil Armstrong fue la primera persona en caminar en la luna. Fue un evento grande en Hawaii, como la capsula de vuelta fue recogido en las aguas justo frente a la playa. Los astronautas triunfantes llegaron a Honolulu para ser saludados por una multitud entusiasmada. Yo no los vi personalmente, sino vi el aterrizaje en un televisor en blanco y negro parpadeante en el dormitorio de Carlyn Hanson, una estudiante de la Universidad de Hawaii con la que estaba saliendo en ese momento.

-George Peña era un amigo mío y de Dannie de la escuela secundaria. Él había firmado un contrato con la organización de béisbol, Los Angeles Àngels y estaba con su equipo  triple A, basado, creo, en Palm Springs, California. Su equipo vino a jugar contra la franquicia Hawaiana y nosotros por supuesto fuimos a verlo. No recuerdo mucho del juego con la excepción de mi introducción a saimen, que me gustaba mucho. Esta es una comida típica de los partidos de béisbol en Hawaii y es similar a los fideos ramen.

-Recuerdo que deje a un cliente de mi taxi en una casa donde tenían prendido el televisor que estaba emitiendo el partido entre los Todos Estrellas de Football Colegios de ese año y Los Jets de Nuevo York, campeones del Super Bowl de 1969. Solo vi un momento del juego, pero Joe Namath y los profesionales ganaron 26-24.

-También recuerdo cortar el pelo de Sam Rosseli, la primera y última vez que he hecho tal cosa. Sam era otro amigo del colegio que había venido a las islas para ser taxista ese verano. Sam era un tipo tranquilo quien había salido con la modelo Cheryl Tiggs antes de que ella llegara a ser famosa.

-Me acuerdo de que los pasajeros negros siempre eran los más conscientes para dar propinas.

-Los lugareños, taxistas profesionales viviendo allí todo el año, nos resentían a nosotros “haoles” quienes vinieron del continente en busca de las pocas tarifas que existían.

-Empecé el libro Catch 22 que solo terminé 40 años más tarde.

-Y, me acuerdo de pensar como el agua del mar era como un baño tibio.

Islas de Hawaii 

Entonces, después de un verano lleno, exhausto, con un boleto de avión para el regreso, con $15 en mi bolsillo y con todas mis deudas pagadas (con la excepción de una multa de tráfico por manejar por Waikiki Beach en el atardecer sin los faros del automóvil prendidos, que yo no creía que mereciera) regresé a casa.

Fue una aventura excelente.